El 15 de agosto la Iglesia celebra que Cristo se llevó al Cielo a su Madre. “La realidad estupenda de la Asunción de María manifiesta y confirma la unidad de la persona humana y nos recuerda que estamos llamados a servir y glorificar a Dios con todo nuestro ser, alma y cuerpo”, explicó el Papa Francisco el año pasado.
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